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lunes, 15 de noviembre de 2010

Accidentes chinos.


En 1970 China entraría a formar parte del selecto grupo de países con capacidad espacial, poniendo por primera vez en su historia un satélite en órbita terrestre. Pero su ambicioso programa espacial no terminaría aquí, ya que el 15 de octubre de 2003, Yang Liwei se convertiría en el primer taikonauta de la República Popular China. Convirtiéndose así en el tercer país del mundo con capacidad para hacer vuelos espaciales tripulados.

Y de nuevo la historia se vuelve a repetir. Igual que pasaría con sus colegas comunistas de la Unión Soviética en los años sesenta, en China nos encontramos con el grave problema de la escasa transparencia informativa. Como siempre, se publican los logros pero nunca los fracasos. De todas formas, hoy en día los medios de comunicación han avanzado tanto, que aún así en Occidente nos llega mucha información de las cosas que pasan en China, pero lógicamente manipuladas por el sistema político. Es por eso que muchas de las cifras que daré a continuación, todas ellas oficiales, son de una más que dudosa fiabilidad.

De la misma forma que ocurrió en la Unión Soviética o en Estados Unidos, los accidentes de la exploración espacial no ocurrían generalmente en vuelo, sino en tierra. El primer accidente chino fue conocido en Occidente en el año 1984, donde un joven técnico murió después de una agonía de más de seis años, como consecuencia de la exposición a radiación durante la realización de experimentos para el desarrollo de un satélite geoestacionario. También ese mismo año sería dado a conocer otro accidente, en este caso sin víctimas, ocurrido el 28 de Enero de 1978, al explotar un lanzador que se estaba preparando sobre la misma base de lanzamientos. Las cifras oficiales dadas por el gobierno chino fueron de seis heridos graves, y al menos doce más con heridas y quemaduras de diversa consideración. Se desconocen los detalles del suceso.

En los años noventa el programa de lanzamientos de satélites comerciales chino estaba en pleno apogeo, aunque también es preciso decir que plagado de fallos, lo que hacía subir las primas de seguros encareciendo notablemente los contratos con el extranjero. El 21 de diciembre de 1992, durante el lanzamiento de un satélite de comunicaciones australiano se producía la explosión del lanzador durante el ascenso, aproximadamente un minuto después del lanzamiento. Una investigación posterior determinaría que el problema fue debido a un fallo del satélite que derivó en la explosión del cohete. Debido a la distancia en que se produjo la explosión parece ser que no hubo ningún tipo de víctima.

El segundo accidente mortal se produciría el 2 de Abril de 1994, mientras se trabajaba en la puesta a punto de un satélite meteorológico chino, el Fen Yung 2, en la base de lanzamientos de Xichang. Debido a causas que aún no han sido reveladas, el satélite explotó cobrándose la vida de un técnico y ocasionando 31 heridos.

China cuenta con tres centros de lanzamiento de cohetes: Jiuquan, Taiyuan y Xichang. Como bien se sabe China es un país superpoblado, y el enclave de estos centros está en mayor o menor medida cerca de pequeños poblados, los cuales sufren constantemente la caída del cielo de restos de fuselaje de los lanzadores. El 6 de Enero de 1995 tendría lugar un fallo mucho mas catastrófico, en este caso lo que se trataba de lanzar era el satélite de comunicaciones Apstar 2. El accidente fue muy similar al ocurrido en el año 92. A los 50 segundos del lanzamiento, el cohete explotaba con tan mala fortuna que sus restos caían sobre una aldea próxima a la base de lanzamientos. La cifra oficial de víctimas fue de 6 muertos y 23 heridos, aunque como es lógico se sospecha de la fiabilidad de estas cifras. Las causas del accidente tampoco en este caso están del todo esclarecidas, ya que no hubo acuerdo entre las investigaciones realizadas por la empresa norteamericana Hughes (diseñadora del satélite) y los técnicos chinos, aunque todo apunta a una mala integración del satélite con el lanzador.

El 15 de Febrero de 1996, nuevamente se produciría otra desgracia en la emergente industria aeroespacial china. En este caso se trataba de un lanzamiento comercial, con el objeto de poner en órbita el satélite Intelsat 708, para retransmisiones de televisión para América Latina. Dada la importancia del lanzamiento, este se iba a retransmitir por televisión en directo para toda China. Pocos segundos después del despegue, cuando el cohete aún no había rebasado la torre de lanzamiento, este comenzó a inclinarse, en este momento la retransmisión televisiva se cortaba, y 22 segundos después el cohete estaba completamente invertido y caía sobre una aldea vecina a la base de lanzamiento, envolviéndola en una bola de fuego. La cifra oficial fue de seis muertos y cincuenta y siete heridos, pero fuentes no oficiales opinan que la cifra de víctimas pudo ser muy superior. Al día siguiente un ingeniero israelí que estaba en China para observar el lanzamiento, grababa con su videocámara los restos de la aldea de Xichang, totalmente destruida, como si hubiera sido atacada por un bombardeo.

Las bases de lanzamiento de cohetes tienen un perímetro de seguridad despejado lo suficientemente grande como para evitar estos incidentes, pero se demostró que China no parecía seguir estos criterios. En la actualidad el protocolo a seguir para un lanzamiento es el de evacuar a todos los habitantes de las aldeas cercanas hasta que se hayan concluido los lanzamientos. También últimamente se están desviando la mayoría de los lanzamientos al nuevo centro de Wenchan, en la isla de Hainan al sureste de China y frente al océano Pacífico. En la actualidad la exploración espacial china avanza a pasos agigantados, en este momento la sonda Chang`e-2 explora la Luna con el fin de mandar misiones tripuladas al satélite a principios de los años veinte, y en esa misma década está previsto proceder al alunizaje de taikonautas chinos.

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