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lunes, 26 de julio de 2010

¿Por qué flotan los astronautas?


Cuando preguntas a la gente por qué flotan los astronautas, siempre te responden que porque no hay gravedad, debido a que se encuentran muy alejados del centro de la Tierra y su poder de atracción disminuye. En realidad la gravedad depende de dos factores, por un lado la masa y por otro la distancia. En este caso, la masa siempre es la misma, o sea la masa del astronauta mas la de la Tierra, sin embargo en este caso lo que varía es la distancia que hay desde el centro de gravedad de la Tierra hasta su superficie, o hasta el astronauta, que por lo general suelen estar unos cuatrocientos kilómetros más lejos. Pero esta distancia no es óbice para que desaparezca por completo la gravedad a esa altura, en realidad podemos considerar que disminuye aproximadamente un diez por ciento, o sea, que en la estación espacial, por ejemplo, hay más o menos la misma gravedad que en la Tierra. Entonces… ¿Por qué flotan los astronautas?
Para explicar esto lo mejor será partir del mismo ejemplo que en su día expuso Newton. Imaginémonos un cañón en lo alto de una montaña que lanza una bala, e imaginémonos también que la Tierra fuera plana. La bala al ser lanzada con mucha fuerza alcanzará una gran distancia, que a su vez se verá interrumpida por la gravedad de la Tierra, haciéndola trazar una parábola hasta caer sobre el suelo. Pero al ser la Tierra redonda, si aumentamos la potencia del cañón, la bala saldrá con tanta fuerza que su trayectoria sería muy tensa, con lo que se saldría por la tangente, perdiéndose en las profundidades del espacio. El truco aquí está en calcular la potencia que le debemos de imprimir al proyectil, para que ni caiga a la Tierra ni se salga por la tangente. En este punto de equilibrio vamos a conseguir que la parábola de caída que trace la bala sea un poco más amplia que la curvatura de la Tierra. Al ser esta redonda, cuando caiga, resulta que debido a la velocidad que lleva, ya la habrá rebasado, por lo que nunca caerá sobre el suelo, sino un poco más adelante. De esta manera siempre estará cayendo y avanzando, de tal forma que terminará dando vueltas al planeta sin llegar nunca a encontrarlo en su caída. Es como si estuviera siempre cayendo hacia el borde de la Tierra. Esto es lo que se llama entrar en órbita, y la velocidad necesaria para esta maniobra anda por los 28.000 Km/h.
Esta situación de caída libre es la misma que se produce en el famoso avión de gravedad cero, que se deja caer desde una altura de unos diez mil metros, haciendo que todo lo que haya en su interior caiga a la misma velocidad, provocando la sensación de flotar. Esta constante caída hace que muchos astronautas, los primeros días en el espacio, sientan náuseas. Es como estar cayendo constantemente en una montaña rusa.

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