Para explicar esto lo mejor será partir del mismo ejemplo que en su día expuso Newton. Imaginémonos un cañón en lo alto de una montaña que lanza una bala, e imaginémonos también que la Tierra fuera plana. La bala al ser lanzada con mucha fuerza alcanzará una gran distancia, que a su vez se verá interrumpida por la gravedad de la Tierra, haciéndola trazar una parábola hasta caer sobre el suelo. Pero al ser la Tierra redonda, si aumentamos la potencia del cañón, la bala saldrá con tanta fuerza que su trayectoria sería muy tensa, con lo que se saldría por la tangente, perdiéndose en las profundidades del espacio. El truco aquí está en calcular la potencia que le debemos de imprimir al proyectil, para que ni caiga a la Tierra ni se salga por la tangente. En este punto de equilibrio vamos a conseguir que la parábola de caída que trace la bala sea un poco más amplia que la curvatura de la Tierra. Al ser esta redonda, cuando caiga, resulta que debido a la velocidad que lleva, ya la habrá rebasado, por lo que nunca caerá sobre el suelo, sino un poco más adelante. De esta manera siempre estará cayendo y avanzando, de tal forma que terminará dando vueltas al planeta sin llegar nunca a encontrarlo en su caída. Es como si estuviera siempre cayendo hacia el borde de la Tierra. Esto es lo que se llama entrar en órbita, y la velocidad necesaria para esta maniobra anda por los 28.000 Km/h.
Esta situación de caída libre es la misma que se produce en el famoso avión de gravedad cero, que se deja caer desde una altura de unos diez mil metros, haciendo que todo lo que haya en su interior caiga a la misma velocidad, provocando la sensación de flotar. Esta constante caída hace que muchos astronautas, los primeros días en el espacio, sientan náuseas. Es como estar cayendo constantemente en una montaña rusa.
esta muy bn la pag felizzzzziidadezxzz
ResponderEliminarDe puta madre, muchas gracias!!!!!
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