El tiempo en Gijón (España)

Música: E. Grieg y R. Korsakov

Buscar en este blog

viernes, 26 de marzo de 2010

Mujeres en el espacio


El 16 de Junio de 1963, Valentina Tereshkova(en la foto) se convertía en la primera cosmonauta de la historia. Desde la base de lanzamientos de Baikonur, en una cápsula Vostok, orbitaría la Tierra en 48 ocasiones, sentando así otro precedente en la historia de la exploración del espacio.

Las naves soviéticas Vostok, eran tan simples que carecían de maniobrabilidad, una vez situadas en la órbita, allí se quedaban a la deriva hasta que se procedía a las maniobras para su descenso. La selección de cosmonautas se realizaba entre el personal del ejercito de aviación, pero no se requería una experiencia particular. Para ello fueron seleccionados cinco hombres y posteriormente cinco mujeres, de las cuales solamente Valentina Tereskova volaría. A Valentina no se le permitiría en ningún momento tomar los mandos de la nave, los cuales eran controlados desde tierra, digamos que fue un mero pasajero espacial. Pero su auténtica labor vendría luego como político y luchadora en defensa del movimiento feminista soviético. Mientras tanto, la U.R.S.S. se apuntaba un nuevo tanto de cara a la imagen mundial, no solo aparentaba ser la nación tecnológicamente más avanzada, sino que sus ciudadanos tenían igualdad de derechos y oportunidades. Sin embargo, una vez conseguido el efecto, a las mujeres se las apartaría de la vida activa y...
no se las volvería a tener en consideración hasta diecinueve años después.


(Valentina Tereskova. Canal Odisea)

En el otro lado del mundo, Estados Unidos afrontaba el proyecto Mercuri, seleccionando siete astronautas, todos ellos varones, que llevarían a cabo tal empresa. Fueron conocidos con el sobrenombre de “los siete de Mercuri”. Pero paralelamente, el General de Brigada del Comando de Investigación y Desarrollo de las Fuerzas Aéreas de E.E.U.U. Donal Flickinger y el médico Randolph Lovelace II, presentaron un proyecto a las Fuerzas Aéreas sugiriendo que desde el punto de vista de la ingeniería, sería más práctico mandar al espacio a una mujer que a un hombre. El proyecto fue rechazado de inmediato. Pero los dos hombres no cesaron en su empeño, y contactaron con Jerrie Cobb, una pionera de la aviación en Estados Unidos, a la que sometieron a las mismas pruebas que los aspirantes masculinos. Los resultados fueron tan positivos que se confeccionó una lista de diecinueve voluntarias para pasar las pruebas, las cuales fueron superadas por trece de ellas. A partir de aquel momento se las conocería como: “las trece de Mercuri”. El proyecto no era oficial, y fue en gran parte financiado por el multimillonario Bostwick Floyde, marido de Jackie Cochram, una de las mejores aviadoras de Estados Unidos y aspirante a convertirse en astronauta. El proyecto alcanzaría un nivel popular tan grande que la polémica se dilucidaría en el Congreso. Declararían a favor: Jerrie Cobb, Jane Hart (una de las trece) y Jacqueline Cochram. Y en contra: el administrador de la Nasa, George Low, y los astronautas John Glenn y Scott Carpenter. Pero para estupefacción de los congresistas, Cochram testificó en contra de las mujeres, y la ponencia quedó desestimada. La situación quedaría zanjada con la clausula de que los aspirantes a astronautas, deberían de proceder de pilotos de las Fuerzas Armadas, y no civiles. Claro está que en aquella época las mujeres no eran admitidas como pilotos del ejército. Posteriormente Floyde retiraría la financiación económica al proyecto, y este quedaría en el olvido. Pero la lucha de estas mujeres no terminaría aquí, y seguirían de forma individual luchando por sus derechos. En 2007, la Universidad de Wisconsin-Oshkosh, concedería a ocho de las supervivientes el “doctorado honoris causa”. Es de destacar el caso de Jane Hart, que siendo madre de ocho hijos aún tenía más de tres mil horas de vuelo (recordemos que Gagarin tenía poco más de cuatrocientas), y el de Jerrie Cobb que en 1981 fue nominada al premio Nobel de la Paz por su labor humanitaria en la selva amazónica.


(Las 13 de Mercuri. Canal Odisea)

Hubo que esperar hasta 1978, cuando la Nasa seleccionó a las primeras mujeres para el programa espacial del Transbordador. Fue entonces cuando los soviéticos haciendo gala de su oportunismo volvieron a preparar precipitadamente a nuevas cosmonautas. En agosto de 1982, Svetlana Savitskaya se adelantó a los norteamericanos ante el anuncio de la puesta en órbita de la primera mujer del programa estadounidense. Savitskaya viajó hasta la estación espacial Salyut 7, y batiría un record femenino de permanencia en el espacio de 113 días. Volvería de nuevo en 1984 para realizar la primera caminata espacial de una mujer. Por último, la tercera y última mujer soviética -mejor dicho ya rusa- en el espacio, sería Elena Kondakova que viajaría a la estación espacial Mir entre los años 1994 y 1995, primero en una Soyuz y luego en el transbordador Atlantis. Casada con el cosmonauta Valeri Ryumin, este nunca vería con buenos ojos la profesión de su esposa, circunstancia que les traería algún que otro problema familiar. A día de hoy, solamente hay una mujer en el cuerpo de cosmonautas rusos, se trata de Yelena Serova que desde el año 2006 se encuentra como aspirante en proceso de entrenamiento a cosmonauta.

El 18 de Junio de 1983, E.E.U.U. pondría en órbita a Sally Ride a bordo del transbordador Challenger, siendo la primera mujer americana en alcanzar el espacio. Sally medía 1,63 y pesaba 52 kgs., parecía como si se hubiese colado en la Nasa por la puerta de atrás, los astronautas ya no tenían que ser de complexión fuerte, lo que primaba ahora era la inteligencia. Entre los requisitos básicos para acceder al cuerpo de astronautas es fundamental tener una carrera de grado superior, principalmente de ciencias. Sally era licenciada en física por la universidad de Stanford. Más tarde en 1984 sería Kathryn Sullivan la que realizaría el primer paseo espacial de una mujer norteamericana.


(Mujeres astronautas. Canal Odisea)

Y en 1995 Eileen Collins, se convertiría en la primera mujer piloto de un transbordador, para en 1999 ser la primera mujer comandante. Eileen, siempre invitaba al lanzamiento de sus vuelos a las miembros del “Mercuri 13”.

El 19 de Abril de 2008, regresaba de la Estación Espacial Internacional, la nave Soyuz TMA-11. A bordo se encontraba el cosmonauta y comandante Yuri Malenchenko, la norteamericana Peggy Whitson (primera mujer comandante de una tripulación de la estación espacial), y la surcoreana So-Yeon Yi, o sea, dos mujeres y un hombre. Por algún motivo, la nave hizo una entrada en la atmósfera con una trayectoria incorrecta, produciéndose unas tremendas aceleraciones y un sobrecalentamiento de la nave que estuvo a punto de explotar (algo similar a lo que le había ocurrido a la Soyuz 5 en 1969). Hasta treinta minutos después no supieron nada de la Soyuz, que cayó a cuatrocientos kilómetros del lugar previsto. Afortunadamente no pasó nada. Poco después, en rueda de prensa, el administrador de la agencia espacial rusa, señor Anatoly Perminov, a la pregunta de que si pensaba que esto podría deberse a la presencia de más mujeres que hombres en la nave respondió: “Como usted sabe, estas cosas en Rusia son de mal augurio, pero gracias a Dios, todo salió bien. Por supuesto, en el futuro, intentaremos que el número de mujeres no supere al de los hombres". Y cuando otro periodista lo acusó de sexista, respondió: “Esto no es discriminación. Simplemente digo que cuando hay mayoría de mujeres, a veces surgen comportamientos no autorizados, o bien ocurren otras cosas...”. Sin comentarios.

En septiembre de 2006, la iraní afincada en Estados Unidos Anousheh Ansari, viajó en una nave Soyuz a la Estación Espacial Internacional en calidad de turista espacial, invitada por la Agencia Espacial Rusa por una módica cifra de veinte millones de dólares. El dinero parece no entender mucho de sexos. Anousheh, se convertiría en la primera mujer turista espacial, al igual que la primera musulmana en alcanzar el espacio.

Cada día el número de astronautas mujeres se equipara mas al de los hombres, incluso en China que cuenta con un gran número de ellas en sus filas. Solamente Rusia, que como dije más arriba, aún sigue siendo bastante sexista, a pesar de la propaganda falsa que siempre ha hecho.


(Eileen Collins. Canal Odisea)

SEGUIR LEYENDO [+]

jueves, 18 de marzo de 2010

La extraña muerte de Yuri Gagarin




La muerte de Yuri Gagarin(en la foto), es otra de las muchas historias que quedarían envueltas en un halo de oscurantismo en la Unión Soviética. En la mañana del 27 de marzo de 1968, Gagarin despegaba en un Mig 15, junto con su instructor de vuelo Vladimir Seregin. A las 10,30 de la mañana, los controladores de vuelo, perderían todo tipo de contacto con la nave. Tres horas después, helicópteros de reconocimiento encontraban los restos del avión cerca de la ciudad de Kirzhach. La escasa información de lo ocurrido, junto con la política opaca de la U.R.S.S., hizo que como siempre surgieran teorías de conspiración que añadirían más morbo al suceso.

Yuri Alekseyevich Gagarin, nació en 1934 en Klúshino, en el oblast de Smolensk, cerca de la frontera con Bileorrusia. De familia campesina, su infancia estuvo marcada por la invasión nazi en plena Segunda Guerra Mundial.



Una vez finalizados sus estudios, trabajó como obrero metalúrgico hasta 1954, año en que se apunta en el aeroclub de la ciudad de Saratov. Un año después, se matricula en la Escuela Militar de Pilotos de Oremburgo. En 1957 se casa con Valentina Goricheva. Y en 1959 se presenta como candidato al cuerpo de Cosmonautas de la Unión Soviética.

La selección de cosmonautas, por aquel entonces, se realizaba en base a unas pruebas físicas, sicológicas y conocimientos técnicos. Entre más de tres mil candidatos, Gagarin consiguió meterse entre los veinte últimos finalistas, que pasaron a engrosar el cuerpo de cosmonautas, para luego ser seleccionado entre los cinco primeros para el proyecto Vostok, junto a una mujer, Valentina Tereskova. Solo faltaba por dictaminar quien tendría el honor de ser el primero en ser lanzado al espacio. Las puntuaciones de Gagarin en las pruebas no eran las mejores, sin embargo su carácter abierto, y amigable le hacía ganarse una buena reputación, no solo entre sus compañeros, sino entre sus instructores. La elección del primer cosmonauta pasaba por ser algo más que un perfecto profesional.



Los soviéticos sabían que si todo salía bien, el primer cosmonauta de la historia pasaría a ser todo un icono mundial, un personaje ejemplar, un símbolo, un arma propagandística, un relaciones públicas, en definitiva todo una estrella fruto de una gran nación y un sistema político como el comunista, ávido de ser imitado por otras naciones. El personaje que reunía estas cualidades era Yuri Gagarin, que además, como colofón procedía de una familia modesta, lo cual daba más realce al ideal comunista.


(Yuri Gagarin. Canal de Historia)

Después del histórico vuelo, la vida de Gagarin cambiaría por completo. Su íntima amistad con Nikita Kruschev le proporcionaría constantes ascensos en su carrera militar. Al chico joven, guapo, simpático y agradable, se le unían ahora: dinero, viajes, fiestas, potentes coches, alcohol, mujeres… En definitiva, los ingredientes idóneos de una vida desordenada que le acarrearía no pocos problemas.

Pero en 1964, la destitución de Kruschev como secretario del partido comunista, llevaría como consecuencia la decadencia en la vida social de Yuri. Con Breznev, no gozaría de las mismas prebendas de su antecesor. El alcohol y las mujeres le acarrearían constantes problemas familiares. Fue entonces cuando se tuvo que enfrentar a la corrupción del partido socialista, a las envidias de militares, e incluso de sus mismos compañeros cosmonautas que le reprochaban su fama por dar solamente una órbita a la Tierra en una nave completamente automatizada. En este momento, Gagarin dejaba de ser el joven ejemplar para pasar a ser una pesadilla en el partido. En un intento por sacarle de la crisis personal, Kamanin (jefe instructor de cosmonautas) le propuso volver a la vida activa de cosmonauta, proponiéndole para pilotar la nueva nave Soyuz que estaba prácticamente lista.

El 24 de Abril de 1967, la nave Soyuz 1 partía para el espacio con el cosmonauta Vladimir Komarov. Como reserva se encontraba Yuri Gagarin, lo cual quería decir, según el protocolo soviético para vuelos espaciales, que de salir todo según lo previsto el próximo en volar sería él. Desgraciadamente, las cosas no serían así, y el vuelo de la Soyuz 1 acabaría siendo la primera tragedia en vuelo de la exploración espacial. A su regreso a tierra, un fallo en el sistema de apertura de los paracaídas hizo que Komarov se estrellara contra el suelo, falleciendo en el acto.



Los viajes espaciales serían considerados a partir de ahora situaciones de alto riesgo, y la Unión Soviética no podía permitirse el lujo de perder el símbolo más preciado del momento. Por esta razón, Gagarin sería apartado nuevamente del programa espacial. Volvería entonces a su gran pasión, la aviación, para lo cual comenzaría una serie de cursillos de actualización, ya que en los últimos nueve años solamente acumularía unas setenta y cinco horas de vuelo.

El 27 de Marzo de 1968, saldría a dar una clase rutinaria con su instructor de vuelo, estrellándose contra el suelo en circunstancias que no fueron del todo esclarecidas. La versión oficial de los hechos apunta a una mala visibilidad en la zona, y a un descenso en picado del cual el avión no consiguió remontar el vuelo. También se apuntan como causas adicionales del suceso a errores del personal de tierra, que no informaron correctamente de la altitud de las nubes en la zona. Por otro lado, los análisis en sangre de los cadáveres no detectaría, como se dijo, que los pilotos hubieran consumido bebidas alcohólicas. Como era habitual en la Unión Soviética en aquella época, rápidamente los informes se archivarían y no se daría más difusión al accidente. Pero como siempre, todo lo que permanece oculto da lugar a comentarios y especulaciones, que complican aún más la situación de lo que se quiere ocultar. Una de las versiones conspiranoicas mas difundida, fue el posible asesinato de Gagarin por parte del KGB, ya que últimamente estaba resultando políticamente incómodo, y no era el personaje ejemplar que todos deseaban. Las demás, son tan rocambolescas que no merece la pena ni comentar.



En 1987 una comisión de científicos reabrió el caso, el cual analizaron con sofisticados programas informáticos, determinando errores importantes por parte de los controladores de vuelo. En primer lugar, dadas las circunstancias climáticas el vuelo debería de haberse suspendido. En segundo lugar, no se informó de la proximidad en la zona de un Mig 21. Y en tercer lugar tampoco se dio la altitud correcta de las nubes. También se dio como probable el mal funcionamiento de algunos equipos del avión. Según el informe, el avión tuvo que hacer un giro brusco quizás causado por la cercanía del Mig 21, las turbulencias desestabilizarían aún más el vuelo del Mig 15, haciéndole entrar en barrena. Por último los errores en los informes sobre la altitud de las nubes terminarían por confundir a los pilotos que se creían a más altura de la real, por lo que no tuvieron tiempo para eyectarse del aparato.



Extrañamente, Aleksei Leonov (primer cosmonauta en realizar un paseo espacial), miembro de la primera comisión que estudió el accidente, manifestó que veinte años después pediría revisar sus informes escritos de su puño y letra, y se encontró conque estos habían sido reescritos por otra persona. Claramente del segundo informe se desprende que algunas personas estaban salvaguardando los hechos para proteger su reputación. En la actualidad, parece probable que la ocultación de errores, y no una conjura política, sea la auténtica explicación del hermetismo en torno a las circunstancias del último vuelo de Gagarin.

SEGUIR LEYENDO [+]

viernes, 5 de marzo de 2010

El lado oscuro del "Aurora 7"





Los comienzos de la exploración espacial, estuvieron sometidos a situaciones de gran peligro. Solamente el buen hacer, y la pericia de los científicos los conseguiría reducir a porcentajes verdaderamente asumibles. No puedo decir lo mismo de la cantidad de militares y politicuchos, que presionaron constantemente a las administraciones para precipitar los proyectos, que los llevaría irremisiblemente a los mayores desastres y tragedias de aquellos años.
Constantemente se producían situaciones, que aunque no terminaban de forma dramática, en la Unión Soviética se silenciaban de forma rotunda. Por otro lado, Estados Unidos con su política liberal y transparente, hacía lo mismo pero de una forma más sutil.
El caso que les voy a contar, sucedió el 24 de Mayo de 1962 a Scott Carpenter(en la foto), el segundo norteamericano que orbitaría la Tierra, después del mítico John Glenn, en el vuelo MA-7 de la Nasa.
Hasta el momento, los norteamericanos habían lanzado cuatro vuelos tripulados al espacio. Los dos primeros, habían sido...
un simple y breve salto sobre la estratosfera. El primero de Alan Shepar, fue todo un éxito teniendo en cuenta su simplicidad. Sin embargo los primeros problemas vendrían en el segundo, donde Gus Grisson perdería la capsula al hundírsele en el agua, una vez había amerizado, por causas que aún hoy en día se desconocen. La siguiente misión sería la de John Glenn, esta vez orbitando tres veces la Tierra. Aquí se viviría la primera situación dramática de la aventura espacial americana. Una vez iniciado el camino de retorno, los indicadores del escudo térmico marcaban una avería en las sujeciones del mismo. Afortunadamente, todo fue un error, pero la incertidumbre hizo pasar un mal rato a los controladores de tierra, que estuvieron a punto de tomar decisiones que pudieron resultar fatales.
Los vuelos espaciales, eran televisados a una gran parte del mundo, acrecentando el morbo y las discusiones sobre la necesidad de asumir tantos riesgos. Por lo que las informaciones llegaban a la prensa de una forma solapada. Este fue el caso de Scott Carpenter en la misión “Mercuri 7”, hasta tal punto que hoy en día, aún no está del todo claro lo que sucedió en su nave, la “Aurora 7”. La misión de Carpenter, consistía en dar un mínimo de tres vueltas a la Tierra, y realizar una serie de experimentos de observación del planeta. Ya cuando llevaba órbita y media, el director de control de tierra Chris Kraft, le recriminó que estaba gastando demasiado combustible. Y al comienzo de la tercera, le ordenaron apagar los sistemas de posicionamiento manual, dejando la nave en modo automático. A partir de este momento, se activaron todos los protocolos para iniciar el camino de descenso. Lo cierto es que hubo un retraso en el encendido de los motores, que los controladores achacarían al propio astronauta, dando un buen susto a los telespectadores cuando no apareció hasta cuarenta y cinco minutos después de lo previsto, ya que cayó a más de cuatrocientos kilómetros de distancia del lugar programado, por lo que su rescate duró más de tres horas.



Rápidamente, la Nasa anunciaría a bombo y platillo el éxito de la misión, acallando así los posibles rumores que se cernían sobre los vuelos espaciales tripulados, pero rodeando este caso de un halo de escepticismo.
Oficialmente, la Nasa justificó el alto consumo de combustible, a un fallo en uno de los sensores de posicionamiento, lo que obligó a la nave a continuas correcciones con el consiguiente gasto, lo cual justificaría también el error del amerizaje. Sin embargo, pronto aparecerían rumores que no dejaban en muy buena situación al astronauta. Parece ser, según se diría, que la experiencia le sobrecogería de tal manera, que quedó extasiado ante el espectacular panorama que se cernía sobre su ventana, abandonando así sus funciones, y dedicándose a disfrutar del paisaje. Lo que está claro es que nunca más volvería a volar. En 1963, solicitaría la excedencia en la empresa, lo cual es considerado por muchos como debido a un cierto malestar con sus jefes. Posteriormente, en 1967, un accidente de moto le dejaría poca movilidad en un brazo, con lo que abandonaría definitivamente el cuerpo de astronautas.
A día de hoy, aun sigue la controversia sobre el caso del “Aurora 7”. Para unos, Carpenter resultó ser un incompetente en su trabajo. Pero para otros, el mal de todos sus males fue la avería del sensor de posicionamiento.
En el año 2001, la BBC, editaría un vídeo titulado: “Accidentes en el espacio”. En él, Scott Carpenter manifestaría:”…imagínate la máxima relajación que puedes alcanzar, eso es lo que es…, la visión desde esa altitud es transcendental. La combinación de esas dos cosas, es al menos adictiva.” Por su lado, Chris Kraft diría: “…creo que disfrutó mucho allá arriba…” Lo que sí está claro es que el personal de tierra no quedó satisfecho con el trabajo de Carpenter. Aunque también hay que decir que siempre existieron roces entre los controladores de vuelo y los astronautas, los cuales eran considerados como los “señoritos” del programa espacial.
Carpenter, siempre defendió su inocencia, achacando el alto consumo de combustible a la propia nave, sin embargo el posterior vuelo de Walter Schirra demostraría que se podía realizar ese trabajo, al volver a tierra con una buena cantidad de combustible.
Fuera como fuese, al día de hoy, lo que pasó en el Aurora 7, aún sigue siendo un misterio. Como diría Scott Carpenter: “Tiene un lado oscuro”.

SEGUIR LEYENDO [+]