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jueves, 3 de mayo de 2012
La desaparición de cosmonautas en la Unión Soviética
Nelyubov, uno de los cosmonautas aparentemente desaparecidos.
La
constante tozudez del gobierno soviético en ocultar todas sus actividades se
llevó también al ámbito de la exploración espacial. Todo ello y ante un mundo
nuevo, misterioso y desconocido, que ahora se abría a los ojos de la humanidad,
hizo que afloraran multitud de leyendas en torno a esta actividad. A parte del
recurrente avistamiento de ovnis que tuvo sus momentos álgidos en aquellos años
sesenta, las constantes desapariciones de cosmonautas llenaban de un halo
morboso toda la industria espacial.
Ya en los años
70, investigadores como James Oberg o Rex Hall, descubrieron que muchas de las
fotografías que aparecían en la historiografía soviética habían sido retocadas,
eliminando de ellas a cosmonautas desconocidos, que sí aparecían en las
fotografías originales. A priori nadie sabía o se atrevía a decir quienes eran
aquellos personajes desconocidos y los motivos por los cuales habían sido
borrados, pero con el tiempo y la desaparición de la Unión Soviética, poco a
poco en constantes entrevistas a viejos cosmonautas fueron saliendo a la luz
los nombres y los motivos por los que fueron obviados por el ejército rojo.
Quizás una de las fotografías más interesantes en este sentido sea la realizada
en mayo de 1961 en Sochi, a orillas del Mar Negro. En aquella fotografía de
grupo aparecen 22 personas, sin embargo en la fotografía oficial la cifra se
reduce a 16. Era de esperar que estas situaciones provocaran el afloramiento de
rumores que corrían de boca en boca por la Unión Soviética, sin fundamentos de
peso que los avalaran, pero que son la comidilla de los conspiranoicos, y
terminan arraigando en la población ávida de morbo y misterio. Los seis
cosmonautas desaparecidos eran: Grigoriy G. Nelyubov, Ivan N. Anikeyev,
Valentin I. Filatyev, Mars Z. Rafikov, y Dmitriy A. Zaykin, y el instructor de
paracaidismo Nikolay Nikitin. Las razones de estas desapariciones distan mucho
de deberse a accidentes, salvo en el caso ya tratado en este blog de Valentín Bondarenko, el cual falleció con motivo de un accidente en el transcurso de una
prueba previa al vuelo espacial. Al objeto de evitar cualquier descrédito
mundial, el sistema lo que hacía era desaparecer todas las pruebas que mostraran
los errores cometidos, para ello se borraban de todos los registros los nombres
de los cosmonautas afectados, demostrando así que esas personas nunca
estuvieron en el cuerpo de cosmonautas.
Vease la desaparición de Nelyubov en la segunda fotografía.
El caso de Nelyubov,
Anikeyev y Filatyev, se debió al enfrentamiento que tuvieron con la policía un
día de borrachera, terminando en la cárcel y con un parte militar. Una vez
aclarado que se trataba de cosmonautas, los responsables pidieron a los
militares que no les abrieran un expediente. El oficial al mando accedió a la
petición, siempre y cuando pidieran disculpas a la patrulla. Anikeyev y
Filatyev accedieron rápidamente, pero el orgulloso Nelyubov se negó: era un
cosmonauta de la Unión Soviética, y no iba a rebajarse ante un simple puñado de
soldados. Aireado, el oficial tramitó los expedientes que cuando llegaron al
general encargado del entrenamiento de cosmonautas firmó la expulsión del
cuerpo de los mismos.
Algo parecido le
ocurriría a Mars Raficov, un hombre mujeriego y difícil que se vio envuelto en
altercados y ofensas al cuerpo, por lo que también fue apartado del grupo de
cosmonautas.
El caso de Zaykin
sería bien distinto ya que su problema sería de salud al detectarle una serie
de úlceras recurrentes. Esto sería suficiente para apartarle de la disciplina
espacial.
Por último, la desaparición
del entrenador de paracaidismo Nikitin, se debió a una lesión ocurrida en un
salto. Esta manía persecutoria también fue razón suficiente para proceder a su
eliminación de las fotografías oficiales.
A parte de estos
personajes hubo muchos más, todos ellos por problemas de indisciplinas y de
salud, pero su expulsión del programa espacial está perfectamente aclarado,
aunque en aquellos días sirvió de motivo para las más variadas especulaciones.
Todo esto, lejos de limpiar la imagen del sistema lo único que hacía era
oscurecerla aún más, con historias rocambolescas que aún hoy en día siguen
arraigadas en la población.
Pero aparte de este
asunto de las fotografías, existen decenas de leyendas sobre cosmonautas
muertos en misiones espaciales, como son los siguientes casos, según datos del
historiador James Oberg:
El primer caso de un
cosmonauta muerto sería el de Ledovsky que muere en el primer vuelo espacial
tripulado en 1957. Se dijo que había muerto realizando un vuelo suborbital de
prueba, cuando la Unión Soviética no realizó ningún vuelo de este tipo, se pasó
directamente a orbitar la Tierra.
El segundo caso sería
el del cosmonauta Shiborín, fallecido en 1958, y nuevamente en 1959 fallecería
Mitkov. Ambas muertes aparecerían en una relación aportada por la agencia
italiana de noticias Continentale, pero no se tiene ningún tipo de evidencias
de las mismas.
En 1960 un cosmonauta
de nombre desconocido quedaría perdido en el espacio al fallar la maniobra de
salida de órbita.
En septiembre de ese
mismo año otro cosmonauta moría al estallar su cohete en la rampa de
lanzamiento, se le identificaría como Pyotr Dolgov. También se diría de él que
moriría en una prueba del traje espacial, para lo cual ascendió a 28 kilómetros
de altura y al rompérsele el casco moriría asfixiado.
El 4 de febrero de
1961, radioaficionados escuchan latidos de corazón provenientes del espacio,
los cuales se detienen bruscamente. Se llegaron a dar incluso los nombres de
los cosmonautas, tratándose de: Belokonev, Kachur y Grachev.
Un caso perfectamente
ilustrado es el de Vladimir Ilyushin, el cual es considerado como el primer
hombre que viajó al espacio el 7 de abril de 1961. Ilyushin después de tres
orbitas a la Tierra, aterrizaría en territorio Chino sufriendo heridas de
cierta consideración, siendo más tarde repatriado. Sin embargo hay serias razones para no creer
esta alegación, ya que las relaciones políticas entre chinos y soviéticos eran
en aquel momento bastante tensas y sería de esperar que los chinos dieran a
esta intromisión un carácter propagandístico. De Ilyushin también se dijo que
tras su accidente quedó en mal estado mental, por lo que decidieron no
presentarlo al mundo y realizar otra misión con Gagarin. Según James Oberg (uno
de los historiadores más fiables), no existe ninguna evidencia que confirme
esta historia. Parece ser que Ilyushin existió realmente pero no como
cosmonauta, y que en aquellos días se encontraba en un complejo chino recuperándose
de un accidente de tráfico.
En mayo de 1961 se
captan en Europa débiles señales de socorro, procedentes de una nave espacial
en órbita con dos tripulantes a bordo.
El 14 de octubre de
1961, una nave soviética con tripulación múltiple es sacada de su órbita por
una intensa actividad de viento solar, perdiéndose en el espacio.
En noviembre de 1963
sería una mujer la que perdería la vida en una misión espacial.
Posteriormente al
accidente del Apollo 1 en 1967, los servicios de inteligencia norteamericanos
descubren cinco vuelos espaciales soviéticos con consecuencias mortales, y seis
accidentes en tierra con el mismo resultado.
Pero una de las leyendas urbanas mas populares fue
la del cosmonauta Iván Istochnikov, creada por el fotógrafo español Joan Fontcuberta, el cual a pesar de repetir
hasta la saciedad su falsedad, aún hoy en día sigue circulando como verídica,
tal es el caso del programa de televisión Cuarto Milenio que en junio de 2006
la daba por buena, al igual que también haría lo propio el diario El Mundo.
Después del accidente de la Soyuz 1, se lanzaría la número dos en servicio de
prueba y sin tripulación. Según Fontcuberta esta iría tripulada por Istochnikov,
el cual sería encontrado muerto por la Soyuz 3, tripulada oficialmente por
Georgi Beregovoi. Pero la trama de esta historia se urdiría entorno a un
montaje fotográfico en el cual aparece Joan Fontcuberta representando al
cosmonauta Istochnikov y luego desapareciéndolo en otras fotografías.
Fotomontaje del fotógrafo español Joan Fontcuberta.
Otro caso rocambolesco es también el de la Soyuz 3,
que según la enciclopedia Encarta, llegaría a la Luna orbitándola en 60
ocasiones. Claro está que los soviéticos en aquellos años no tenían un lanzador
lo suficientemente potente como para llegar a la Luna.
Hoy en día toda la historia del programa espacial
tripulado soviético ha sido desclasificada, y existen multitud de memorias de
cosmonautas, ingenieros, técnicos, entrenadores, etc. que avalan lo sucedido en
aquellos años. Hoy en día sabemos perfectamente quien estaba en el equipo
original de cosmonautas, quien nunca voló, fue despedido, o resultó muerto
tanto en vuelo como en tierra, y solamente se ha constatado la ocultación de
una muerte, que fue el caso ya comentado de Valentín Bondarenko. De todas
formas a la gente le resulta más atractivo creer que todo esto existió, y que su
ocultación es fruto de gobiernos misteriosos que ocultan realidades absurdas.
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